
Cada vez que el Dane publica las estadísticas sobre desempleo en el país, se dan variadas opiniones sobre el alto porcentaje de subempleo o informalidad dentro de la población activa, coincidiendo la mayoría, que esto es un grave problema.
Se informal, en Colombia significa dedicarse al “rebusque”, ganarse la vida con su propio “negocito” callejero.
Tal vez se haya “satanizado” la informalidad en Colombia como algo negativo, consecuencia y causa de pobreza, lo cual, no necesariamente es así.
En el fondo de la informalidad, lo que hay es un emprenderismo incipiente aun, pero muy valioso.
Los vendedores informales, tienen la semilla del emprendimiento, de empresario, sólo que por diversos motivos no han podido desarrollar totalmente, lo cual, en lugar de ser negativo, es algo supremamente positivo, y en lugar.
En efecto, un vendedor ambulante es un pequeño empresario con la habilidad y determinación suficiente para obtener sus ingresos sin ser asalariado, lo cual, en nuestro medio, es algo muy aplaudible.
Existen muchos trabajadores informales que no cambian su oficio por un trabajo formal en una empresa, porque a pesar de ser informales, obtienen ingresos aceptables, tienen libertad para implementar sus ideas, etc.
Lo que muchos miran como algo negativo, no es más que un gran potencial de generación de empresas, oportunidades, empleos.
En este orden de ideas, en lugar de definir políticas orientadas a incorporar estos emprendedores y microempresarios al mercado laboral, lo que se debe hacer es diseñar políticas encaminadas a dar apoyo real y efectivo a estas personas que han sido privilegiadas con su capacidad y competencia para hacer negocios.
Tal vez sea hora de mirar con otros ojos a nuestros trabajadores informales, y en lugar de verlos como un problema, verlos como una solución y un ejemplo a seguir.
http://www.gerencie.com/la-informalidad-como-fuente-incipiente-de-emprendimiento.html