Redactar un caso de estudio se parece bastante a escribir una novela
policiaca. Sus distintas piezas deben ir encajando poco a poco, de forma que
sea el lector el que saque sus propias conclusiones, sin necesidad de guiarlo
paso a paso, como en un tutorial o guía.
La investigación previa, el análisis de la información y la redacción
del contenido son los pasos a seguir para la creación de un caso de estudio
bien estructurado que capture la atención del lector.
Investigación
1 - Detecta un
problema
No tiene porqué ser uno que resuelva tu producto o servicio
necesariamente. También puedes plantear problemas que han sido resueltos
gracias a los valores corporativos.
Imagina que trabajas en una empresa de sotware de reconocimiento facial.
Tienes que redactar un caso de estudio que ilustre la solución a un problema
común entre los usuarios de este tipo de software. ¿Qué problema elegir? Ten en
cuenta los siguientes factores:
- Que sea único. Si el problema que planteas puede ser resuelto de forma
satisfactoria por los productos de tu competencia, es mejor que busques otro.
- Que sea compartido por el máximo número de personas posible. Así
aumentarás el target al que está destinado el caso de estudio.
- Que haya poca o ninguna información en internet. Si el problema que
estás documentando es algo que sólo tu producto resuelve, estás de enhorabuena.
2 - Habla con los
expertos
Si el caso de estudio versa sobre un problema que resuelve tu producto o
servicio, es momento de hablar con tu gente. Recaba la información necesaria
para hacer que el lector se sienta identificado con el problema. No tengas
miedo de enumerar todos los contras de modelos anteriores o de aspectos del
servicio que ofrece que no cumplían con los estándares de calidad.
Si no encuentras en tu plantilla los expertos que necesitas, investiga.
Puedes consultar con líderes de tu sector, organismos oficiales, responsables
de marketing de otras empresas, etc.
Análisis
Una vez que has recopilado todos los datos necesarios para la redacción
del caso de estudio, es hora que lo analices todo para crear una estructura
coherente.
Prioriza, no todo es
importante
Es aconsejable que esquematices la información y que posteriormente
vayas añadiendo detalles. Evita dar más información de la necesaria, no es un
informe, es un caso de estudio.
Enuncia el caso de
estudio en unas pocas frases
Intenta sintetizar el caso que tienes entre manos en unas cuantas
líneas. Puede que descubras que necesitas más información sobre aún aspecto.
Cuando estés satisfecho con el aspecto general, desglosa el caso de estudio en
bloques.
Gráficos, cuantos
menos datos, mejor
Si quieres ilustrar algún aspecto, como una progresión o los resultados
de un proceso, ten en cuenta que los gráficos deben ser muy sencillos. Elimina
todos aquellos datos que no sean relevantes para el lector y evita demasiado
colorido. El minimalismo es lo que mejor funciona.
Redactar
un caso de estudio
Llegó la hora de ponerlo todo por escrito. Puedes seguir esta estructura
y luego hacerla escalable tanto en datos como en extensión.
Intro
Igual que en las novelas policiacas el crimen sucede nada más empezar, arranca
tu caso de estudio con la formulación del problema. En unas cuantas frases
puedes plantear la situación y adelantar algún detalle de la solución.
Siguiendo con el ejemplo que utilizábamos al principio de este post, una
posible introducción al caso de estudio sería:
“El software de reconocimiento facial es una
potente herramienta que, entre otros avances, ha conseguido reducir el índice
de criminalidad en las grandes ciudades o mejorar la seguridad en los
aeropuertos. Además, gracias a los últimas mejoras en el software, hoy en día
es posible utilizarlo en campos como la medicina o la ciencia forense.”
Desglosa el problema
Como comentábamos al principio, es necesario que el máximo número
posible de personas se sienta identificado. Por eso, explícalo bien y no des
por sentado que son necesarios muchos datos técnicos. Comienza poniendo en
situación a tu audiencia con el qué, quién, cuando, cómo y dónde.
Resuelve el problema
Es la parte más importante de un caso de estudio. De hecho, es donde
muchos fracasan. En ocasiones, se fuerzan los formatos en marketing de
contenidos y se llama “caso de estudio” a algo que, en realidad, es un informe
de situación o un catálogo de productos y servicios.
Para que un caso de estudio sea auténtico, es necesario que haya
beneficios cuantificables como resultado de las medidas implantadas. No puedes
decir, “se resolvió en problema gracias a las mejoras puestas en marcha”. Esas
mejoras (si son la solución al problema), deben estar documentadas con gráficos
e ilustraciones.
Siguiendo con el ejemplo del caso de estudio imaginario, los resultados
de las mejoras en el software de reconocimiento facial se presentarían en forma
de gráficos. Presentaríamos el número de casos criminales cerrados
resultantes de las mejoras en dicho software en forma de gráficos.
Deja la conclusión
al lector
Al igual que en las novelas policiacas el lector va intuyendo quien es
el responsable del crimen cometido, en un caso de estudio la idea es que sea la
conclusión hable por sí misma. Al contrario que en un informe de situación o en
un estudio, donde se exponen los hechos y se describe un panorama.
La conclusión a nuestro caso de estudio podría ser:
“En palabras del inspector de policía Pepe
Pérez “El sofware de reconocimiento facial basado en razas ha conseguido
reducir el índice de criminalidad en un 4%, ahorrando tiempo y dinero a las
fuerzas y cuerpos de seguridad. Estamos convencidos de que la implantación de
las tecnologías de la información es una forma excelente de complementar el
trabajo policial.”
Fuente:
http://socialmediapymes.com/2015/01/09/como-redactar-un-caso-de-estudio/