4 ene 2012

forma de hacer turismo poco convencional

VARGAS PALACIOS & ASOCIADOS "Oportunos y Confiables"
Pedro Ibáñez: El pionero
El empresario instauró en Chile y en el mundo una forma de hacer turismo poco convencional. Instaló hoteles de lujo donde no los había y puso de moda las excursiones. Hace más de 20 años sorprendió con un hotel en medio de la Patagonia y comenzó a vender a Chile como un producto de gran categoría. Su sueño requirió de un enorme trabajo, pero hoy está cosechando los frutos con los tres “explora” que ya tiene. No hay semana que no reciba un premio, y aunque tiene ganas de seguir creciendo, la inestabilidad económica de los últimos años tiene en “stand by” proyectos en Chile, Bolivia, Perú y Argentina.

Por: Bernardita Serrano / Fotos: Ronny Belmar
Pedro Ibáñez es un hombre de mundo. En el cuerpo tiene miles de kilómetros recorridos y en su mente el recuerdo de cientos de viajes por los cinco continentes. Aunque conoce los lugares más recónditos y exóticos del planeta, su destino favorito sigue siendo indiscutiblemente Chile y después los países que comparten la cordillera de los Andes.

Su primer viaje por nuestro país, o del que tiene recuerdos, lo hizo cuando tenía unos ocho años con su familia y aún conserva algunas fotos. Ese fue el punto de partida de su pasión. De ahí no paró más y ya conoce casi cada rincón de Chile. “No he cruzado Campos de Hielo Sur”, cuenta al detallar el único lugar en el que no ha estado.

Ibáñez tenía muy claro el potencial turístico de nuestro país cuando a fines de los ´80 empezó a gestar la idea de involucrarse en esta industria. En ese minuto, Chile era poco conocido, sin infraestructura turística, pero con verdaderos “paraísos” naturales. De eso se agarró el empresario para desarrollar la idea de construir hoteles que funcionaran como campamento base de excursiones diarias a lugares únicos.

De eso ya han pasado más de 20 años, y hoy Ibáñez tiene tres hoteles “explora” repartidos en puntos escogidos con pinza: San Pedro de Atacama, Isla de Pascua y Patagonia. Una o dos veces al año los visita para gozar de los paisajes y de la oferta de excursiones, pero también para ver de cerca cómo está funcionando todo. Es que dice que cualquiera puede construir un edificio, pero que la diferencia está en que el servicio no decaiga y que el turista que viene se encuentre exactamente con lo que le contaron que encontraría.

Los hoteles “explora” pusieron indiscutiblemente a Chile en el mapa del turismo y muestra clara de ello es la cantidad de hoteles que ha proliferado en los lugares donde Ibáñez ha puesto el ojo. Pero, además, lo es la cantidad de premios internacionales que no dejan de recibir. Solo en la últimas semanas, Condé Nast Traveller premió al Hotel Salto Chico en la Patagonia y la revista Travel + Leisure al Hotel Posada de Mike Rapu en Isla de Pascua.

–¿Se siente un pionero de esta industria?
–Lo que hemos hecho en “explora” es algo que no existía y, en ese sentido, a lo mejor uno es pionero. Al proponer una idea nueva, uno se convierte en eso.

–¿Se siente orgulloso de lo que ha logrado? Los premios le han llovido sobre todo en el último tiempo…
–Cada dos o tres semanas nos cae un premio por distintas razones y en distintos rankings (ríe). Son el resultado de un esfuerzo sostenido y de una calidad mantenida en el tiempo. Muchas veces en Chile las cosas mantienen la calidad por un corto tiempo y después se empiezan a venir abajo. Para nosotros es muy importante que aquella persona que vino hace 15 años y que está soñando con volver, cuando lo haga, se encuentre con la experiencia que vivió la primera vez. Es bien difícil mantener la calidad. Las cosas tienden a ir disminuyendo y es un desafío importante. Hemos hecho renovaciones y tenemos una preocupación constante de que no se nos caiga el servicio”.

El primer paso

–¿Por qué decidió incursionar como empresario en esta industria?
–Chile era un país poco conocido, cerrado al mundo y sin infraestructura que permitiera pensar en recibir turistas. Pero por otro lado ofrecía, y todavía ofrece, múltiples atractivos que, bien presentados, podían constituir una oferta turística de magnitud. La cosa era poder armar programas que permitieran aprovechar las características de Chile que eran diferentes. Ello implicaba la definición de un turismo diferente. Obviamente más difícil era vender, pero teníamos una oportunidad de diferenciación que en las actividades comerciales siempre se trata de buscar. El primer “explora” nació en Torres del Paine, uno de los sitios más atractivos en nuestro país, en consecuencia no se necesitaba ser adivino para saber que por ahí se podía empezar.

–¿Fue muy difícil conseguir los permisos para el primer hotel?
–El proyecto que teníamos era inédito en nuestro país y en el mundo. Sin embargo, pudimos explicarlo a la gente de Conaf que lo entendió, y lo vio como una manera adecuada de hacer turismo en el Parque Nacional Torres del Paine. Muy importante fue en aquellos años también la comprensión del ministro de Agricultura, Juan Agustín Figueroa, quien tuvo fe en nosotros.

–El “explora” de Torres del Paine abrió al público en 1993. ¿Cómo vendieron la idea para atraer pasajeros?
–Lo más complicado de echar a andar fue la parte de ventas. Presentar un concepto que era mundialmente nuevo no resultó fácil. En lo práctico hicimos mucho esfuerzo en convencer a editores de medios de comunicación en el hemisferio norte para que vinieran a conocernos y a experimentar “explora”. Este era para la época un producto bastante indescriptible por lo que era muy necesario “vivir la experiencia”. Se publicaron cientos o tal vez miles de artículos en los que se hablaba bien de nosotros, y que fueron fundamentales en un comienzo. Los medios se interesaron porque, en aquel entonces, “explora” era algo muy novedoso a nivel mundial. Pero, en el fondo, lo más importante fue haber tenido un producto concordante y consistente en el tiempo. Eso hizo que funcionara bien el mejor sistema de promoción: el “boca a boca”.

–¿Cómo se le ocurrió el concepto que hay detrás de “explora”?
–Siempre quise que explora fuera una combinación de encuentro social con una actividad que justificara la venida a Chile. En este caso, el trekking y la exploración por territorios desconocidos justifican la venida. Pero una vez aquí, los viajeros podrían disfrutar además de una vida social rica y entretenida.

“La primera expresión de esta idea fue cambiar radicalmente el concepto de las ‘cabañitas’, que era lo que imperaba hasta principios de los 90. No se concebía en Chile construir algo lejos de las ciudades que no fuera un grupo de cabañas. Lo que hicimos con “explora” representó la recuperación del hotel en lo rural, donde el público se encuentra y convive. No sé por qué este concepto, con la excepción tal vez del Hotel Portillo, se perdió y se pusieron de moda las famosas cabañas que, para mi gusto, han sido siempre bien detestables”.

–En este viaje no estaba solo, ¿qué personas fueron fundamentales en el desarrollo?
–Por orden de aparición, primero los arquitectos José Cruz y Germán del Sol, que aportaron un diseño que rescataba lo mejor de la arquitectura de la zona que, a nuestro juicio, eran los galpones de esquila y, por otra, se relacionaba muy bien con el paisaje. Eso de paso se ha constituido con los años en el “estilo patagónico”. Aparte de muchas otras personas que sería largo de enumerar, la aparición de Marcela Sigall fue fundamental. Ella impuso un estilo de recibir y convivir con los viajeros que se transformó en algo que ha dado un sello especial.

–¿Qué ha sido lo más difícil de involucrarse en esta industria?
–La verdad es que son varias cosas. Entre ellas, el hecho de que no existiera una imagen de Chile en el extranjero. No solo hemos debido construir la imagen de “explora” sino que también, en gran medida, la de Chile como destino. Las autoridades han hecho varios intentos pero, francamente hablando, han conseguido poco. Es cierto que Chile tiene una imagen en el mundo financiero y económico, pero ello no es lo que se necesita para la industria turística. Ayuda, sí.

“Pienso que, en cantidad y calidad de artículos escritos en medios importantes, “explora” debe tener tantos como Allende o Pinochet. Para bien o para mal, y aunque resulte un poco pretencioso de mi parte, así como “explora” ha definido una forma de hacer turismo en el país, ha definido también una imagen y una forma de viajar que hoy se asocia a la forma de venir a Chile”.

–¿Qué le falta a nuestra industria turística para ser mejor considerada en el mundo?
–Creo que si se logra mantener la consistencia de los productos con la imagen que hemos forjando de Chile, será cuestión de un poco más de tiempo para que nuestro país sea bien reconocido.

“No considero que una política gubernamental pudiera ser de gran apoyo. Más bien creo que los recursos que se han empleado en ello hubieran sido mejor gastados por la industria privada. La acción gubernamental, que se ha hecho a través de varias organizaciones, no ha resultado eficaz. No ha tenido una visión clara y no han podido desarrollar una imagen que vender”.

Competencia al camino
Años después de la apertura del hotel en Torres del Paine, Ibáñez sumó otros en San Pedro de Atacama y en Isla de Pascua. Siempre quiso ampliarse pero se demoró algunos años. “Definir un lugar para llevar a cabo un proyecto ‘explora’ requiere profundo conocimiento del lugar y de sus habitantes. Hay que definir en qué consiste el lugar; definir cómo se puede usar, pero cuidándolo; cuáles pueden ser los mayores atractivos para el perfil de clientes que tenemos, etcétera. Todo esto es un proceso largo y del que se deriva hasta la arquitectura”, explica el empresario.

El cuidado con el que elige cada lugar en el que se instala ha sido clave en el desarrollo de su negocio. Pero no solo en el de él. El buen ojo de Ibáñez y los buenos resultados de los hoteles abrieron un nuevo nicho en el mercado. Aunque fue el primero en incursionar y en apostar, les ha salido bastante competencia al camino.

–Hoy sus hoteles tienen varios “hermanos”. ¿Qué le parece la proliferación de hoteles en San Pedro de Atacama o en Puerto Natales?
–El hecho de que hayan aparecido más hoteles en estas localidades y que ellos traten de operar de acuerdo a nuestro modelo, solo demuestra dos cosas. En primer lugar, que nuestra presencia ha sido ampliamente beneficiosa para las comunidades locales, puesto que todos estos hoteles han creado puestos de trabajo y permitido la existencia de contratistas para las diversas actividades. En segundo lugar, demuestra que “explora” ha definido cómo hacer turismo en Chile.

“Ambas cosas nos llenan de satisfacción. Nos llena de orgullo haber inspirado otros emprendimientos. Ahora, que todos estos hoteles que pretenden imitarnos vayan a tener éxito, me merece dudas. De partida, cobrando bastante más barato que nosotros no creo que les sea posible sustentar un producto de similares características por mucho tiempo. Incluso si se copia el modelo de negocios y/o la materialidad existente en nuestros hoteles, tampoco se lograría tal objetivo, pues la esencia o espíritu fundacional de ‘explora’ es único y distintivo”.

–En la Isla de Pascua los hoteles también han aumentado. ¿Cree que hay espacio para más hoteles ahí?
–En la Isla de Pascua el ecosistema es pequeño y frágil. Por ello el turismo muy masivo le puede hacer mal. Percibimos que los mismos rapanui se han dado cuenta de que su recurso es escaso y hay que cuidarlo, por tanto creo que puede ser bienvenida una propuesta que propicie el manejo sustentable del lugar.

–Usted ha construido hoteles en medios únicos. ¿Cómo se relaciona con las comunidades?
–Los “explora” no son invasivos. En realidad no necesitan de mitigación. Tienen un tamaño pequeño, y por el estudio previo que hemos hecho de cada lugar, el programa “explora” se asienta perfectamente en ellos sin desentonar ni perjudicar. Por el contrario, me atrevería a decir que un “explora” pone de relieve a un lugar, dándole la importancia que este tiene y mostrando un camino para trabajar en él. Y esto ha sido entendido por las comunidades locales que aprecian lo que hace “explora” porque consideran que es de beneficio para ellos.

Verdaderos paraísos
–¿En qué otro lugar del mundo o de Chile le gustaría tener un hotel?
–Creo que tenemos los mejores lugares. Es difícil jugársela por otro. Me gustaría un lugar que fuera bien conocido pero al que no fuera mucha gente.

–Un paraíso…
–Es difícil encontrar esos lugares. Casi no hay, pero ese sería el ideal para no tener que darse el trabajo de darlo a conocer.

–Pero eso usted lo sabe hacer y lo hace bien de cara a los resultados…
–Bueno, lo sabemos hacer, pero siempre es trabajo y cuesta. Por otro lado, todos los sitios conocidos están con mucho público, lo que es malo para nuestro producto, porque nos gusta tener sitios muy naturales, intocados y con un entorno especial. Los sitios que han estado muy recorridos, generalmente, no tienen esas condiciones.

–¿Está pensando en que “explora” crezca?
–Tenemos proyectos en varios lugares.

–¿Dónde?
–En Chile, Perú, Argentina y Bolivia. Pero los vamos a llevar a la práctica una vez que se aclare la situación económica general que en los últimos años ha producido baches de distinto tipo y que todos los meses está cambiado. Hay meses que se arregla y meses que no.

–¿Esos proyectos tienen lugares definidos y planos hechos?
–No, todavía la mayoría está en ideas. Hay algunos que están más avanzados, pero no hay ninguno que esté completamente listo. Son tres o cuatro como máximo, porque uno no puede tener cincuenta “explora”. Los “explora” son de a uno, unidades muy especiales que tienen mucho que ver con el entorno, la cultura y la geografía local. Cada sitio hay que estudiarlo mucho, hay que pensarlo y conocerlo y a partir de eso se diseña la forma de usar el sitio de forma sustentable.
fuente:http://www.revistapoderynegocios.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=524:pedro-ibanez-el-pionero&catid=140:noviembre2010&Itemid=66

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