11 abr 2012

Los más Pequeños Dependen de su Flujo de Caja

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Si bien la banca tradicional atiende este segmento de manera militante, expertos como Juan Uslar, presidente del banco de desarrollo Bangente, opinan que se trata de un sector aún desasistido, que yace en una especie de limbo por falta de voluntad y la carencia de definiciones y reglas del juego más claras y rigurosas.

En Venezuela, 80% de la población pertenece a los estratos D y E. Las dimensiones de la economía informal son gigantescas. Desde personas que rebuscan modestamente el mes “matando tigres”, hasta pequeños empresarios que controlan dos o tres busetas, por ejemplo, pasando por microempresarios que tienen, sencillamente, una venta de empanadas.

A menudo, los microempresarios no suelen estar bancarizados. Son personas comunes que pertenecen a la economía informal, han emprendido algo por su propia cuenta, a menudo con las uñas, desde abajo, comiéndose las verdes. No tienen cuentas bancarias, ni acceden a productos financieros como tarjetas de crédito, u otros tipos de financiamiento.

En este sentido, la labor de una entidad como Bangente, por ejemplo, banca de desarrollo de Bancaribe, es tomar a esos pequeños emprendedores y ponerlos en el camino del crecimiento y la bancarización.

Una vez que uno de estos “microempresarios” es ayudado por un ente como Bangente, y logra incrementar su tamaño y facturación lo suficiente, ya pasa a ser atendido por la banca tradicional, donde el punto de partida es una gaveta de 3,5% de la cartera crediticia total, fijada por el Gobierno para los microcréditos.



Parámetro de Definición
Luego, cada entidad bancaria suele tener una división que se encarga de atender directamente a esa suerte de limbo denominado Pymes. Acaso sirva citar el caso de Banesco para entender cuáles son las características de este segmento: una microempresa, según la legislación venezolana, no puede tener más de 10 empleados y una facturación anual de no más de 9.000 unidades tributarias (800.000 bolívares fuertes o 186.000 dólares, aproximadamente).

De allí en adelante, se habla de Pymes.

Pero, si ese es el comienzo, ¿cuál es el final? “El rango superior, a escala internacional, es de entre 100 y 120 empleados. Al menos, es el parámetro que usamos en Banesco. Y la facturación, para ser considerada Pyme, no debe exceder un margen de entre 18 y 20 millones de bolívares fuertes al año. En cuanto al sector productivo, no hay limitación. Cualquier actividad que entre en los parámetros de número de empleados y facturación, es considerada Pyme”, explica Iride Rivera, VP del Segmento Pyme de Banesco.

Alejandro Sucre, socio de la compañía de inversión de capital Crecepyme, explica que “hay un concepto legal de lo que es una Pyme, que se define por el número de hasta 100 empleados, y una facturación de hasta 30 millones de bolívares fuertes anuales”. Las nociones no son exactas, varían un poco.

En Venezuela -dice Juan Uslar, presidente de Bangente- existe una gran confusión por el asunto legislativo y la gaveta de microcréditos. Lo que internacionalmente se llama microempresas no tiene nada que ver con lo que aquí se llama así, asegura, para empezar por ahí. “Y eso es lo que resuelve el milagro de que la banca en Venezuela cumple con lo que la Ley pide en materia de microcréditos, sin haber subido un solo cerro”, dispara el gerente.

Futuro Tecnológico
En cuanto al futuro, Iride Rivera, de Banesco, destaca el creciente apalancamiento de las Pymes en el sector financiero. “Las Pymes están apuntando a buscar un alto nivel de informatización. Es algo que está naciendo, desde hace cinco años se ha despertado”. Hugo Labarca, de su lado, dice que existe una oportunidad de mejorar a través de las TIC, pero hay mucho camino por recorrer, comparado con Europa, por ejemplo. “Queremos vender la idea de que se deben automatizar procesos. De las inversiones de las Pymes muy poco se dedica a tecnología. Hemos adecuado la estructura de gestión para dar a las Pymes una mejor atención. Tienen que hacerse más eficientes. Apostamos mucho a este segmento en el corto y mediano plazo”, garantiza.
Existe también el concepto de MiPyME. Es decir, Micro, Pequeña y Mediana Empresa. Uslar dice que Bangente atiende desde los casos más pequeños hasta convertirlos en microempresa, y llevarlos a convertirse en una pequeña empresa. Pero el gerente deja claro que Bangente no ataca el segmento Pyme exactamente.

Con la gaveta de microcréditos -opina Uslar- los bancos “descubrieron el agua tibia”, porque ya tenían sujetos de crédito, con registros, estados de cuenta, etcétera, a los que “no les habían parado, porque acá se gana mucha plata haciendo otros negocios en banca. Eso es la pequeña empresa. Ya cuando eres mediana no tienes problema. Pero, la mayoría de las empresas se financia con su propio flujo de caja. De las empresas medianas para arriba no hay problema. El problema está de las pequeñas para abajo”.

Y continua Uslar: Internacionalmente, tanto para el Grammen Bank, de Mohamed Yunus, o acá en América Latina, con la gente de Acción Internacional, la microempresa es la actividad de la que vive muchísima gente que se genera su propio empleo.

Los bancos o las ONG&39;s dedicados a microcréditos y, desde luego, a micro finanzas, aplican metodologías de trabajo para resolver el problema de que esas personas o empresas no tienen papeles, ni registros bancarios, ni garantías, y, sin embargo, pueden ser buenos sujetos de crédito.

“Lo que hacemos es tomar a personas que no tienen acceso al crédito bancario normal, porque carecen de lo que las superintendencias de bancos les piden, es decir, balances auditados, entre otras cosas. Sustituimos los papeles por la visita al lugar donde desarrollan la actividad, donde viven, etcétera”, da cuenta de la manera de trabajar de Bangente.

Inversión de Capital
Pero hay algunas entidades, aparte de la banca tradicional, que están poniendo la lupa con precisión en el segmento Pyme. Por ejemplo, Alejandro Sucre comenta que Crecepymes es “la primera empresa de inversión de capitales en Venezuela. El sistema financiero venezolano, hasta ahora, lo que ofrecía a los empresarios eran créditos. Pero eso es no suficiente para desarrollar las empresas del país. Se necesitan aportes de patrimonio, aportes de capital, porque con créditos sólo se financian proyectos a muy corto plazo, y a tasas de interés muy altas. Entonces, aunque haya gavetas que bajan las tasas, igual el crédito no puede ser superior a un número determinado de veces el capital de la compañía”, explica Sucre.

Si las empresas tienen planes de expansión, más allá de lo que es viable, a través de índices crediticios, entonces alguien debe aumentar su capital, bien sea para que una empresa adquiera a otra, o un grupo de gerentes compre la compañía donde trabaja, etcétera. Las empresas necesitan capital para crecer.

“Estamos desarrollando otro camino que es muy interesante para Venezuela, y es la democratización del capital de las empresas venezolanas. En el país, tenemos un problema de gran concentración de riqueza en las empresas, y eso hace que les cueste más moverse que en otros países, donde tienen más dolientes, en mercados donde están más democratizados los capitales”, relata Sucre.

“Si se trata de una persona natural -comenta Uslar- el banco pide certificación de empleo, de ingresos, balances auditados, una serie de cosas que un microempresario no tiene. “Una vez que la persona tiene esos recaudos, se hace sincronización con la banca tradicional. De hecho, nosotros lo hacemos con Bancaribe. Pero la mayoría se queda en un espacio intermedio”, relata.

Priva el Sector Comercio
Ahora bien, ¿cuáles son los segmentos del mercado que acceden a los productos financieros de la banca, bajo el paraguas de lo que se entiende como Pymes? Banesco tiene una amplia gama de clientes, por lo tanto, también una amplia gama de sectores económicos atendidos, dentro del mundo de las Pymes.

Por ejemplo, profesionales independientes, que se agrupan en asociaciones, y pueden ser considerados dentro de la categoría; empresas del sector comercio, área que tiene gran peso; el sector alimentos, salud, empresas de servicios (tecnológicos, telecomunicaciones, financieros, entre otros), y, realmente, el abanico es muy amplio.

Músculo del Desarrollo
Iride Rivera, VP del Segmento Pyme de Banesco, explica que estas son generalmente empresas familiares, con un proceso evolutivo paulatino. No son emprendimientos que, de la noche a la mañana, nacieron y tuvieron un boom.
“La antigüedad promedio en nuestra cartera es mayor a cinco años. Eso nos da una garantía a la hora de la selección, porque están apostando a la permanencia”, asevera. El otro punto es que también se consigue una ubicación en los principales núcleos industriales de las ciudades.
Al final las Pymes forman parte de la cadena de valor de las grandes empresas. Siempre la organización de mayor tamaño va a tener Pymes asociadas en su cadena de valor. Es un sector muy dinámico, porque tiene volumen y pluralidad de actividades.
El segmento Pyme es el núcleo principal del desarrollo de un país.
Los porcentajes entre cada sector -dice Iride Rivera- están muy parejos, pero al tener una alta participación en puntos de venta, uno de los grandes sectores dentro del segmento Pyme es el Comercio. Pero dentro del sector comercial, las ventas de alimentos, servicios de salud, ropa, calzado, todo lo que son los canales de distribución y comercialización son los demandantes más fuertes. “Tenemos supermercados, abastos, pequeñas cadenas de expendios de alimentos, etcétera”, se explaya.

José Aparcedo, director de Marketing y Estrategia del BBVA Banco Provincial, explica que en ese banco, el sector comercio absorbe más de 50% de la cartera de Pymes. Les siguen la industria manufacturera y los profesionales, incluyendo a los artesanos. “Tenemos un ratio de mora de 1.75%. Es excelente. En total, en este segmento, tenemos más de 30.000 clientes. No es un sector nuevo en la economía del país”, subraya el ejecutivo financiero.

En Banesco, explica Iride Rivera, se maneja un ratio de mora de 1.3%, dentro de los mismos promedios del mercado. La calidad de la cartera es muy buena, y va en relación directa con la selección de los clientes.

En Crecepymes “tenemos empresas en los sectores agroalimentario, turismo, manufactura, farmacéutico y naviero. Hay inversiones entre 100 y 300 millones de bolívares fuertes. Nosotros hacemos emisiones de títulos valores. Con ese dinero compramos empresas o invertimos en el capital de una empresa para crecer, pero no necesariamente las compañías financiadas deben estar en la Bolsa de Valores. Los fondos mutuales compran cuando la empresa ya está en la Bolsa, pero nosotros la preparamos para entrar en el mercado de capitales”, dice Sucre.

Tasas de Mercado
De toda la cartera de crédito de Banesco, el segmento Pyme abarca 7,06%. En el BBVA Banco Provincial la cartera de microcréditos alcanza los 900 millones de bolívares fuertes, y la cartera total de Pymes llega a 4.000 millones de bolívares fuertes, dice Hugo Labarca, VP Ejecutivo de Innovación.

El BBVA Provincial ofrece a las Pymes diversos productos: medios de pago, como tarjetas de crédito; financiamiento a corto y mediano plazo; puntos de venta; canales electrónicos, y cuenta corriente.

“Todo esto es conjugado en función del tamaño de la Pyme y del sector productivo. Manejamos una tasa de interés de 24%, pero tenemos una promoción de 20% en diversos plazos, dependiendo de la actividad. Por ejemplo, ofrecemos capital de trabajo a 12 meses”, explica José Aparcedo.

El mercado de valores venezolano, avanza Alejandro Sucre, no está acostumbrado a la renta variable, sino que se basa en instrumentos de rendimiento fijo. “Nosotros tenemos un título que es una mezcla de rendimiento fijo y rendimiento variable. Estamos haciendo una emisión ante la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval) de 190 millones de bolívares fuertes, mediante la cual vamos a ofrecer al mercado un novedoso instrumento de ahorro e inversión. Ofrecemos unas tasas mejores que las del mercado, no tan bajas como las tasas bancarias, pero a la vez vamos a dar la oportunidad para que, quienes compren nuestros títulos, se hagan propietarios de las empresas”, asegura.

Diversos Productos
Iride Rivera, comenta que el producto líder en cartera comercial de Banesco es el Multicrédito. Una vez consignados todos los documentos, el cliente tiene una respuesta en 48 horas. Este es el producto adecuado para una Pyme.

Luego, productos un poco más especializados, en función del tamaño y la complejidad de las actividades de la empresa. Principalmente, líneas de créditos. El Multicrédito atiende una necesidad puntual. “Una línea de crédito es como el plástico: a medida que se va usando crédito, y se va pagando, se va teniendo disponibilidad para seguirlo usando”.

Se trata de líneas de crédito para financiar a corto y mediano plazo. Básicamente, pagarés y préstamos mercantiles. Los pagarés exigen amortizaciones trimestrales, hasta un año, y el préstamo mercantil es amortizado mediante una serie de cuotas mensuales.

Según el destino del crédito, se otorgan plazos distintos. Por ejemplo, si se van a financiar inventarios o capital de trabajo, se usa un préstamo de corto plazo; es decir, máximo un año. Si se van a financiar activos fijos, por ejemplo, la remodelación del negocio, como son bienes de capital, se financian a un plazo mayor de un año, porque la reinversión de ese dinero, cuando se vea reflejada en los números de la empresa, siempre va a ser a mediano plazo.

“En este caso, damos hasta tres años. Inclusive, si se trata de adquirir un bien, como maquinarias o equipo, damos un plazo de hasta cinco años”.

“Tenemos otro tipo de productos, como las tarjetas empresariales. Son tarjetas que se otorgan a la empresa, pero que van a financiar capital de trabajo o gastos directos asociados a la ejecución de las funciones de los empleados. Tenemos una gama de productos que siempre van a estar asociados a la necesidad del cliente, al destino del financiamiento, y al plazo correspondiente”, indica Rivera.

Selección Detallada
Hugo Labarca, explica que en el BBVA Banco Provincial los clientes están segmentados. Cada cliente Pyme tiene un gestor. Hay Pymes de alto, medio y bajo valor. “No sólo hablamos de industriales, sino que vamos al comercio. Tenemos un canal de ventas, que son las oficinas. La unidad de Pymes y Comercios se encarga de definir y delinear una estrategia. Los productos financieros se definen en función del tamaño de la Pyme (top, medio y micro)”, cuenta el ejecutivo.

Para seleccionar a los sujetos de crédito en el segmento Pyme, Banesco vigila cómo están los movimientos de los sectores económicos del país y, según eso, dirige sus focos de atención. “Si vemos el movimiento de la economía en el último trimestre de 2010 y lo que va de 2011, tenemos sectores como Alimentos, Telecomunicaciones, Comercio, Textil y, especialmente, Calzados, entre otros. Hacia allá apuntamos. Es un primer criterio de selección”, dice Rivera.

Luego se toma en consideración el prestigio y “know how” del cliente, además de la parte gerencial.

En el caso de Venezuela, las Pymes suelen ser empresas familiares. No tan desarrolladas, poco automatizadas, pero la transmisión de “know how” y la inyección de energía de las nuevas generaciones “ha incrementado los niveles de automatización de la gestión. Se consiguen empresas que se manejan con Internet e inventarios automatizados, por ejemplo”.

Uslar explica que en Europa, particularmente en países como Francia, España o Alemania, hay entidades bancarias específicamente dedicadas al mundo de las Pymes. Pero se trata de otro tipo de mercados, aclara, donde no se manejan niveles de inflación tan elevados y la legislación es de otra naturaleza. Son mercados en los cuales la pequeña y mediana empresa encuentra un caldo de cultivo favorable para desarrollarse, a diferencia de los entornos venezolano y Latinoamericano, en los cuales las Pymes tienen una serie de factores de contexto que hacen árida y escarpada su misión.

Entidades, como Bangente, están diseñadas específicamente para entornos subdesarrollados, y manejan una metodología de trabajo que no se ve en el primer mundo, sencillamente porque las realidades de los mercados son muy distintas. Las Pymes son el músculo del desarrollo de los países del Tercer Mundo, y generalmente generan gran cantidad de empleos en su conjunto. Por desgracia, no se trata del segmento del mercado mejor atendido por la banca, según explica Juan Uslar.

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