29 may 2011

Regalías en el país de Simón el bobito

¿Quién podrá defendernos? La historia de las regalías que recibe el país por gas y petróleo es una muestra de nuestro apocamiento y dependencia.

Según donde quede el mar

¿Qué son las regalías? La respuesta está al alcance de todos: son la contraprestación económica que recibe el Estado por la explotación de un recurso natural no renovable, cuya producción se extingue con el transcurso del tiempo. Por lo tanto, forman parte de la renta del suelo y constituyen un beneficio económico importante para el Estado y sus entidades territoriales.

Estamos, sobra decirlo, dentro del marco jurídico heredado del derecho romano y español, en el cual el Estado (Colombia, Bolivia, Ecuador, México y Venezuela, entre otros) es dueño del subsuelo y del aire. Otra cosa ocurre en el derecho anglosajón, donde el Estado (Inglaterra, Noruega, Estados Unidos, entre otros) no es dueño del subsuelo ni del aire y, por ende, el petróleo es privado y son las compañías las que cobran impuestos por su exploración, explotación y comercio.

Las regalías se establecen por primera vez en forma oficial en la Ley 141 del 28 de junio de 1994, en la que se señala el porcentaje para cobrarlas. Antes de esa norma, eran variables, entre un mínimo del 2 por ciento y un máximo del 15 por ciento. La tabla se aplicaba de acuerdo con la distancia entre los yacimientos y el mar. La ley 141 acabó con esa diferencia y, aparte de las reglas para su liquidación, distribución y utilización, fijó un común 20 por ciento.

El juego de los porcentajes

Con la Ley 619 de 2000, el gobierno de Andrés Pastrana intentó modificar la Ley 141 de 1994, y estableció un porcentaje variable entre el 5 y el 25 por ciento, considerando ya no la distancia al mar sino el promedio de volumen diario de producción de cada campo. Pero la disposición fue declarada inexequible por la Corte Constitucional en el año 2001.

En su informe de gestión, el contralor general de la República, Carlos Ossa Escobar, había señalado que a pesar de que "el gobierno argumentó para sustentar [la fórmula] que el objetivo era incentivar la contratación petrolera y así ampliar el nivel de reservas y acrecentar los ingresos por regalías a los entes territoriales, su esquema de liquidación final no coincidió con su intención, ya que el efecto de dicha ley representó una disminución efectiva de más de diez puntos porcentuales sobre el anterior régimen de regalías".

En un segundo intento, el artículo 16 de la Ley 756 del 23 de julio del 2002 modificó la Ley 141 estableciendo un porcentaje variable entre el 8 y el 25 por ciento, teniendo en cuenta el promedio de volumen diario de producción de cada campo.

En la montaña R-USA

Para la liquidación de las regalías se tienen en cuenta varios factores:

  • La producción de hidrocarburos (petróleo y gas) en un mes determinado;
  • El porcentaje de regalías (según la Ley 141 de 1994 el 20 por ciento, y la Ley 756 de 2002, del 8 al 25 por ciento);
  • El precio del petróleo (US$ / barril) ó gas (US$ / KPC, o pies cúbicos de gas);
  • La tasa de cambio promedio para establecer el valor en pesos.

Al tratar de aplicarlo, este último punto se convierte en un galimatías:

  • A mayor producción de hidrocarburos, mayor valor de regalías en pesos, y lo contrario;
  • A mayor porcentaje de regalías, mayor valor de regalías en pesos, y lo contrario;
  • A mayor precio de los hidrocarburos en dólares, mayor valor de regalías en pesos, y lo contrario.
  • Por ende, al aumentar la tasa de cambio (devaluación, más pesos por un dólar), habrá un mayor valor de regalías en pesos, y lo contrario (revaluación, menos pesos por un dólar).

Toda una montaña R-USA.

Lo que pedimos, lo que dan

Si, como propusieron los verdes en la campaña electoral, la educación debe financiarse con las regalías, lo más lógico sería regresar del actual 8 por ciento al 20 por ciento de la ley 141. Aunque es insólito que los colombianos nos empeñemos en esta discusión, cuando se sabe que las compañías están dispuestas a aceptar el 25 por ciento por contrato firmado.

Veamos las cifras de 2002, comparándolas con las de 2010

  • 2002: Valor de las regalías en pesos: Producción de barril/mes, por regalías del 20 por ciento, por el precio del petróleo (US$ 28.34), por la tasa de cambio ($2.751.23) = $15.593.97 de regalías por barril;
  • 2010: Valor de las regalías en pesos: Producción de un barril, por regalías del 5 por ciento, por precio del petróleo (US$ 78), por tasa de cambio ($1.950) = $7.605.

La diferencia contra el país y las finanzas territoriales es de $7.988.97, lo que equivale al 51.23 por ciento.

¿Qué tal?

Eso quiere decir que estamos dejando de percibir más de la mitad de nuestros ingresos potenciales por regalías de petróleo crudo. ¿Qué tal, entonces, si le agregamos las regalías del gas, definidas entre un 60 y un 80 por ciento de las del petróleo?

Si la producción de crudo en el 2002 era de 500 mil barriles al mes, y se recibían $15.593.97 como regalías por barril, el ingreso para el país llegaba a ser de $7.796'985.000 pesos mensuales. En el 2010 es de 500 mil barriles al mes, y se reciben $7.988.97 como regalías por barril, lo que da un ingreso para el país de $3.994'485.000. Grosso modo, estamos perdiendo en regalías petroleras $3.802'500.000 mensuales, y, en un año, $45.630 millones. ¿Cuántos proyectos de beneficio social podrían adelantarse con ese dinero?

De fondo en fondo

Debido al temor de la "enfermedad holandesa" se crearon varios fondos para conjurar el peligro:

  • Fondo Nacional de Regalías, FNR, creado por ley 141 del 28 de junio de 1994, para la distribución y uso de las regalías indirectas;
  • Fondo de Ahorro y Estabilización Petrolera, FAEP, creado por ley 202 del 30 de agosto de 1995, para manejar las pensiones de ECOPETROL S.A.;
  • Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales, FONPET, creado por ley 549 de 1999, para manejar las pensiones de los entes territoriales y del magisterio;
  • Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles, FEPC, creado por ley 1151 de 2007, por el cual el Estado financia el subsidio a los combustibles y las cuentas en dólares en bancos extranjeros manejadas sin ningún control fiscal por las direcciones de las empresas del Estado parcialmente privatizadas.

De verdad que estamos súper vacunados contra ésta y contra cualquiera otra enfermedad que se atreva a atacarnos.

Juego limpio

Del 2002 al 2010, las condiciones económicas y energéticas cambiaron. En efecto, el petróleo llegó a su cenit en cuanto a producción y reservas explotables de yacimientos a bajo costo, lo cual se ha reflejado en un mayor precio del producto, determinado por la renta del suelo de los yacimientos menos productivos, más pequeños, más lejanos, más profundos, más pesados y más contaminantes, aparte de un procesamiento más costoso.

Es el momento de recuperar nuestra dignidad y soberanía controlando nuestros recursos energéticos y mineros. No es demasiado exigirle a las multinacionales, al imperio y al sistema capitalista, que nos dejen jugar en nuestra cancha y con nuestro propio balón.

* Profesor y director de Postgrados de la Universidad Cooperativa de Colombia, con sede en Barrancabermeja.

Fuente:http://razonpublica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1151:regalias-en-el-pais-de-simon-el-bobito&catid=20:economia-y-sociedad&Itemid=29

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