1 nov 2011

GUAJIRA YO TENGO UN SUEÑO

Al igual que Martin Luther King, yo tengo un sueño. El suyo, expresado el 28 de agosto de 1.963, en los escalones del monumento a Abraham Lincoln en Washington D.C. y versado, más que todo, sobre un Estados Unidos en el que pudiesen convivir como hermanos, blancos y negros. El mío, motivado por un nuevo aniversario de la creación de nuestro querido Departamento: La Guajira.

Cuantas alegrías, sueños y esperanzas desató la expedición de la Ley 19 del 10 de noviembre de 1.964, y más luego, el nombramiento de José Ignacio Vives Echeverría, nuestro querido Nacho, como primer Gobernador.

Pero ya esas alegrías, sueños y esperanzas se habían vivido en otras épocas, por ejemplo, cuando en 1.911, por medio del Decreto 087, La Guajira es elevada a la categoría de Comisaría Especial, y se nombra a Pancho como su capital. O cuando en 1.935, por mandato del entonces Presidente de Colombia, Alfonso López Pumarejo, se traslada la capital a Uribia. O cuando en 1.954, con Decreto 1824, El General Gustavo Rojas Pinilla, nos eleva a la categoría de Intendencia.

Pero el clímax llegó ese 1 de julio de 1.965, cuando entró en vigencia la Ley creadora de nuestro Departamento, y cuando Nacho Vives asumió como Gobernador de los guajiros. Eso hace hoy: 46 años.

Las alegrías, los sueños y las esperanzas apuntaban a un solo objetivo: el desarrollo. Ese desarrollo que trae consigo cambios cuantitativos y cualitativos, favorables a los ciudadanos todos. Y se creyó todo posible cuando se descubrió y explotó el gas y, más aún, cuando se descubrió y explotó el carbón, y también, cuando el IFI se hizo cargo de la sal de Manaure, y cuando Maicao se volvió un emporio comercial, y cuando tantos y tantos hechos lograron llevar el presupuesto de La Guajira de $ 6 millones, con el que inició, a más de $ 492 mil millones, que es el de la actual vigencia. Es obvio que en eso hemos fallado, de allí, la situación de atraso en que nos encontramos.

Pero sueño. Sueño con una Guajira sin analfabetas, y con una educación de alta calidad. Sueño con niños bien nutridos y con adultos con trabajo. Sueño con hospitales bien dotados y laborando al 100%. Sueño con una Guajira industrializada, y de gran comercio. Sueño con una alta producción agrícola y con los ríos de la sierra nevada surcando las arenas de nuestro desierto. Sueño con mis hermanos indígenas viviendo como reyes en la tierra que sus mayores le legaron. Sueño con administradores probos, capaces de sobreponer los intereses generales a sus intereses personales, sueño y sueño.

Y sueño con mi Riohacha, la sufrida capital del Departamento, en otras condiciones: con agua permanente y potable, con servicio de alcantarillado y aseo de óptima calidad, con calles y avenidas transitables y, con una fluida movilidad, con zonas de parqueos, lugares de recreación y playas limpias. Una Riohacha bien organizada y bien administrada. Sueño con una Riohacha y una Guajira en paz.

Sueño con Riohacha, esa que heredamos de los indios wayuu, de José Prudencio Padilla, del negro José Antonio Robles, de Pepe Annichiarico, de los Goenaga, de Helión Pinedo Ríos, del Doctor Henríquez, de micho Pacheco, del maestro enriquito, del profesor papayí, y de tantos otros que lo dieron todo por mejorarla. Esa Riohacha que necesita de todos sus hijos, esa Riohacha que no debemos permitir que caiga en manos del capital foráneo, esa Riohacha que es mía y tuya también.

fuentes:http://www.periodicolaguajira.com/index.php/opinion/columnas-de-opinion/2155-yo-tengo-un-sueno

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