28 nov 2011

Cambio Radical: Nos depuramos y crecimos. ¿Cuál será el paso siguiente?

Una vez consolidadas las cifras electorales, el director del partido hace su propio balance. La depuración de candidatos fue un avance importante, al igual que el mayor número de votos y la mayor presencia nacional. Hoy en el gobierno, esboza las condiciones de una eventual reunificación con el Partido Liberal.

Voluntad de sanear

Asumí como director nacional de Cambio Radical el pasado 17 de agosto en un momento difícil, cuando se puso en juego la confianza del electorado hacia el partido por la presencia de candidatos cuestionados, algunos condenados y otros investigados por la justicia.

Fue una ardua tarea depurar las listas en todo el territorio nacional y presentar a los electores solo candidatos sobre los cuales no existiera ninguna tacha. Tarea que, aunque no arrojó todos los resultados esperados, fue un paso en el camino correcto.

La reforma política – a pesar de contener disposiciones valiosas – generó problemas a los partidos. No sólo me refiero al poco tiempo que hubo para asimilarla, sino al hecho de generar sanciones por el otorgamiento de avales a candidatos que fueran condenados durante el periodo para el cual aspiraban, sin suministrar al mismo tiempo las herramientas necesarias a las colectividades para frenar la inclusión de candidatos cuestionados en el caso de que un partido – una vez inscrito el candidato – conozca nueva información que lo lleve a concluir que tal candidato no es quien mejor lo representa en el proceso electoral.

Sin embargo, resulta pertinente reconocer que sin la creación de la Ventanilla Única del Ministerio del Interior, herramienta que el gobierno puso a disposición de los partidos, habría sido más difícil aún avanzar en la identificación de candidatos condenados e investigados.

A pesar de estas limitaciones, en Cambio Radical logramos que el Consejo Nacional Electoral revocara la inscripción de 170 de los cerca de 300 candidatos cuestionados y nos tranquiliza el hecho de que muchos de los restantes no hayan resultado elegidos.

De esta manera queda ratificada la voluntad del partido de presentar a consideración del electorado candidatos honestos, transparentes y probos, como paso inicial para sanear la política de prácticas non sanctas y así erradicar cualquier asomo de corrupción.

El tema de la depuración de los partidos fue sin duda uno de los ejes de la discusión política de la pasada campaña electoral. Sin embargo, ese debate no puede terminar aún. Los partidos no se pueden limitar a defender candidatos sobre la base de que cumplen los requisitos legales para aspirar a un cargo. Deben también buscar que esos candidatos no solo sean coherentes desde un punto de vista ideológico con los postulados de la colectividad, sino que cumplan con los elevados estándares éticos y morales del partido.

Resultados significativos

Con las listas en buena medida depuradas, y a pesar de que las encuestas nos vaticinaban una derrota electoral el pasado 30 de octubre, logramos los siguientes resultados:

  • obtener 6 alcaldías de ciudades capitales,
  • otras 160 alcaldías en todo el país,
  • una votación aproximada de un millón novecientos mil electores,
  • aumentar en 50 el número de mandatarios locales con respecto al año 2007;
  • alrededor de 1.120 curules en los concejos con dos millones de personas que acompañaron a nuestros candidatos,
  • 252 ediles en todo el país con quinientos cincuenta mil votos.

Con estos resultados fortalecimos nuestra presencia en el ámbito territorial y demostramos que somos una fuerza política con vocación de poder, a la cual siguen en sus postulados millares de colombianas y colombianos.

Antes de hablar de reunificación

Se habla mucho de la reunificación con el Partido Liberal, pero para explorar ese camino es necesario antes abrir una amplia discusión:

  • ¿qué quieren los liberales en pleno?
  • ¿qué opinión tienen las bases de nuestro partido?
  • ¿cuál es el rol del liberalismo en Colombia y cuál es su apuesta a futuro?

No pueden unos pocos directivos del partido o los congresistas – pensando simplemente en cuestiones de mecánica política – definir el futuro de dos colectividades. Cambio Radical representa en cifras un 80 por ciento del Partido Liberal. Por lo tanto, no es un simple apéndice del mismo.

Vale la pena recordar además que el proceso de reunificación entre el Nuevo Liberalismo y el Partido Liberal en los años ochenta se dio luego de una larga discusión sobre una reforma constitucional que incluía temas como la reforma política y la administración de justicia, agenda que buscaba la profundización de la descentralización y la garantía de derechos a los colombianos. Sólo cuando hubo acuerdos en dichas materias, se pudo avanzar hacia la reunificación.

Se avizoran cambios en la escena política colombiana con un gobierno que ha priorizado en la agenda nacional temas como la lucha contra la pobreza y la redistribución equitativa de los ingresos por regalías, de marcado talante liberal y no me refiero a lo partidista.

Bajo este contexto, la legitimidad de una posible unión entre los dos partidos debe estar por encima de la simple mecánica electoral. Hoy la discusión se ha limitado a una invitación a una convención.

Sin contenido no se puede explorar una reunificación auténtica y duradera. Para lograrla, debemos avanzar primero en una discusión amplia y abierta sobre el futuro del liberalismo en el actual escenario político del país, en donde se identifiquen y definan coincidencias que permitan avanzar en la construcción de un ideario único liberal que conciba, como mínimo, una sociedad equitativa, plural e incluyente para todas y todos.

fuente: http://razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/2578-galan.html

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